Al verdor de auroras

Arroyos de amor

Y aunque estás en la distancia: el arrebol de nuestro tú y yo, ¡gira tan hermoso, tan bella canción nacida de nuestro amor por todo el universo!

Claro de amor

A veces te siento tan cerca..., ¡tan  claro de amor viniendo! Mientras la calle va con sus metálicos corceles, con sus resonantes pasos, con sus nebulosos mantos; y sin embargo tú vas primorosa, tú vienes primorosa; dejando atrás murallas y fronteras; y es que así tan cerca, ¡tan bella esencia! ¡tan claro de amor viniendo; dibujando un corazón al cielo! al cielo estrellado de amor, al cielo de ¡cuánto te quiero!

Al verdor de auroras

A Jesucristo N. S.

21  De los olivos, desde el monte de los olivos hacia Jerusalén, en un burrito va el Rey, el Bendito Rey de reyes; alabándole la multitud: "Hosanna al Hijo de David". ¡Cuán sencillo! ¡cuán humilde es el Rey! destronando a poderosos, al reinado terrenal. La muchedumbre sigue su curso en ramos y alabanzas: "¡Bendito sea el que viene en el Nombre del Señor!" ¡Cuán sencillo! ¡cuán humilde es el Rey! "¡Hosanna en lo más alto del cielo!" En un burrito muy sencillo a Jerusalén, a llegado el Bendito Rey.

Al verdor de auroras

Ven...

Ven, ven esta noche y quédate conmigo. Te abrazaré en lumbrera de terciopelo; y enamorados en el serpentear de la noche, rozaremos las flores más bellas del encanto por todo el espacio, por todo el universo; y así contigo toda la noche, todas las noches; beso a beso, piel a piel; tú y yo enarbolados de caricias por la miel de nuestros labios; y serás mía y seré tuyo; seremos un amado volar nocturno del latir de nuestro idilio.