lunes, 6 de noviembre de 2017
Verdes alas
Verdes alas que me llevan y me traen del riquísimo río. Verdes alas con esplendor de tortillas y la modesta tetera. Los otoños impregnados en tus portales, giran en las principales alturas que hoy canto. Quizás la luna de aquellos ojos, también en tus portales; me lleven esta noche a sentir la honda ternura de su corazón; y volar, volar tan lejos en la sonriente pureza de las cordilleras; y el clarear de su gente, los hombres del pewen. Verdes alas, prado andino. Vuelvo a delinear la nobleza cumbrereña; y el atardecer morado que llena los momentos, que llena los vientos, que me llena de amor. (Ecos de Ralco)
sábado, 4 de noviembre de 2017
Delicias de noche y mar
Lentamente la noche nos toca con su fulgente céfiro; y navegamos delicias: el arrullo de tus brazos que mis manos versan, mis labios y tus labios y la pleamar de tus caderas; y entonces tu espumada silueta vibra más deseo;la delicia de tu barca se hace inmensa. La noche da rojo encanto en tus encantos sobre la placentera mar, la mar danzante, la mar festiva, la mar de espuma enamorada con todas tus delicias.(Floral de tus encantos)
viernes, 3 de noviembre de 2017
Mar
Vuelvo a estremecerme en tus sinuosas rocas y en tus caletas primorosas. Mis olas con el azul de tu cielo, y remadores al Divino. ¡Oh, litoral chileno, paisaje de cálidos sellos! Mi espuma a sol de aliento, y luna enamorada; mis aguas nutriendo tus pueblos. Maullín, Tirúa, o en el umbral magallánico; día a día en mis albores con la médula de sus semblantes; y es que yo siempre a ti, larguísima belleza, siempre al afán de tus puertos y playas, al portal de tus cocinas poblacionales, al rincón del fiordo lejano, a Rapa nui, a Chiloé y al pescador de eternidades. (Caudal chileno)
jueves, 2 de noviembre de 2017
Ella
Ella se acerca con su brisa encantadora. Mi corazón va a ella. Ella tiene el perfume de lluvia amorosa. Ella, ella la conocí un día de jazmines. Resplandecía en una esquina del parque etéreo. Su pelo libre, fresco. Sus ojos de cielo. La fui sintiendo de a poco, la fui queriendo; y cada vez más, más y más siento su mirada, sus mariposas, su silueta. Quiero cantar que sus mañanas son mis mañanas, que sus noches son mis noches; y así como la apasionada enredadera, trepa al arca de su luz y se siente complacida, sentir de ella el amor en la pasión romántica de sus besos. Ella se acerca con su brisa encantadora, la quiero ya conmigo, la quiero en mi vida.(Olas de mujer)
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