Migrantes con su sello de familia, migrantes con sus corazones de anhelos... Van en una barca cualquiera, u obligados por el desierto; llevan hambre y muerte silente, llevan un largo andar herido...; en tanto la ONU danza al compás, de un ceremonial relativismo... Y ellos otro día en la distancia, y otra noche de esperanzas hacia un albor de acogida, hacia un albor abrazando un surcar de nueva vida... (Notas de aldea)
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