miércoles, 8 de noviembre de 2017
Confesiones de un amor
El reflejo de los cristales amorosos daba en su linda cara; mientras conversábamos de cosas que ya ni recuerdo. Me interesaba estar cerca de ella, muy cerca. En aquellos días primaverales escribía después de verla, lo que encontré hoy, entre mis hojas de romances; y que aquí recito al viento de este nuevo andar: " Ven mi niña primavera suaves ojos del rosal, ven mi especial alborada, sueño hermoso de abrazar. ¡Cuánta dulzura hay en tus manos! ¡cuánta belleza en tu mirar! Umbral de signos a la armonía como el pájaro en su volar". Transcurrió el tiempo y aquella hermosa niña nunca más la vi, después de aquella partida... Ahora confieso en esta nueva calle romántica del tiempo, que fue un claro sentimiento de amor que tuve por ella; y que en estas hojas donde escribí aquel sueño, sólo un sueño fue." Ven mi niña primavera, ven llega pronto a mi andar, sentir tu voz en la ternura cobijando el tiempo en el amar". (Olas de mujer)
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