lunes, 13 de noviembre de 2017
Con el horizonte de tu nombre
Cómo no te voy a querer, si respiramos las mismas montañas; y en sus hojas está tu rostro, que llena mi caminar. Cómo no te voy a querer, si el río con sus onduladas piedras pronuncian tu nombre a cada instante inundando mi ser. Ya sé que dirán que estoy loco, ¡tal vez, sea cierto! pero no importa, sólo sé que si estoy loco, ¡lo estoy por ti, amada mía! Mía con el frescor de este poema, que abraza el horizonte del Barco,los rayos del Chaquilvín; y las alboradas de copihues. En mi mente está tu sonrisa y la flor de tu piel, en mi mente,¡sólo estás tú!¡Oh, mi dulce estrella de la zona, mi aire soñado: te amo con estos ñirres y paisajes, tan brillantes, como la mirada libre de tu alma, que enamoró desde aquel precioso día, hasta los rincones más afligidos de mi corazón!óyelo con el aroma de mis enamorados labios, que viajan a ti desde este maravilloso verdor: ¡te amo! (Ecos de Ralco)
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