lunes, 23 de octubre de 2017
Arroyos
Arroyos de pasionales árboles trayendo sales de mancomunados pobladores en unísonos proyectos; y desvelando arterias, plañidos ventanales y portales de ensueños. ¡Arroyos de consteladas ramas, emergidas de arduas calles y comedores florecientes! ¡Arroyos de estrechados follajes en ternura hogareña! Y vibrar los pasos en imperecedero canto, con sabor de verdes tramos; y arrimar los pasos en fértil semblante de afanes; trayendo más hojas del vendaval vecinal, en la savia y arpegios de los árboles en su deseo, yema tras yema; anhelos y luchas de población a corazón abierto en arroyos de fuego.
sábado, 21 de octubre de 2017
Deseos
Deseo la miel de tu boca en mi boca. Hay flores en la mar de mis sueños que nacieron de tu nombre; y donde arrimo tus gemas y el cantar de tu silueta. El deseo permanente, el deseo que inhala tu arrebol y me enamora. Hay cisnes y senderos de ternura en la mar de mis sueños que nacieron de tu faz. ...y te veo caminar y correr hacia mí y yo hacia ti, en ardor amoroso de inefable mirada. ¡Oh, recital de tus cabellos entre mis dedos, en ardor amoroso de inefable mirada!¡Oh, recital de tus cabellos entre mis dedos; y blando tus labios en mis labios!¡Cuánto así quiero, cuánto así, te deseo...! Deseos, deseos de amarte con este mar de mis sueños, que es el reflejo del encanto tuyo; y que me lleva día a día a vivir por siempre en tu bahía. (Olas de mujer)
viernes, 20 de octubre de 2017
jueves, 19 de octubre de 2017
miércoles, 18 de octubre de 2017
martes, 17 de octubre de 2017
Ecos de un minero
Despuntaba el mar de su carbón palpitante, como la pala de sus pupilas. El minero hacía luz, aquella tarde sombría. Contaba de sus hermanos, de sus retos infinitos; la fuerza de su juventud entre las sombras prendidas. Ya la faena sobre el mar, la extracción en su pique, a filo, a muerte; destacando con los soles de su vida. Un día de abril cerraron la fuente, cerraron totalmente la mina, el pan de sus auroras y aquellos fulgores simplemente se perdían... Se fue la dura piedra... el carbón de aquellos días... los arduos piques sin sus lunas, cimbraron tristes lejanías... En olas de otra tarde frente a los años de otro mar, he vuelto a encontrar los ecos de aquel minero y su lugar. El flamear de sus luchas, el flamear de sus pupilas, los hermanos que partieron con el carbón de sus vidas. (Ecos de Ralco)
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