lunes, 21 de agosto de 2017

El mundo despunta, el final de su ciclo... mareas humanas y del medio ambiente, teñidas del caos... (notas de aldea)

domingo, 20 de agosto de 2017

Palpitar andino

Allá en la cordillera, venido de Sierra Nevada, conocí tu alma ígnea y tu pecho volcánico; espacio de águilas lejanas, quebradas y ríos implacables. Es la historia de sangre abrupta en la niñez de nieve intrépida y el acerado tren del sustento por el túnel Las Raíces el más sudado, el más andino de América. ¡Cordillera, cordillera de roqueríos inmensos, rugido de pumas y empinados chivos, esplendor de copihues y araucarias, parte de este Chile querido. ¡Cómo lucha su gente y palpitan Captrén y Gualletué, también la Princesa y el Indio; y los cráteres de los volcanes! Animado llevo tu paisaje y aquellos andares familiares; cordillera de la mano divina de frescor saludable, vas dichosa y reluciente por mis venas emocionales. (del texto, Cascada otoñal)

sábado, 19 de agosto de 2017

En tu aliento

En el palpitar de tus ardientes gotas, temblando tus prendas; estoy yendo por tus veredas; y alcanzando las sedosas camelias en nave de terciopelo. Vuela tu aliento, estoy en tu aliento. Mujer, mujer por tus húmedas veredas, susurras siluetas de algodones que aspiran más; y así la escala sinuosa continúa. Vuela tu aliento, estoy en tu aliento. Tus montes se han colmado de miel; y tras cada yema de tu sugestivo talle, me dice tu aliento: volver y volver. (Olas de mujer)

viernes, 18 de agosto de 2017

Otra vez la podredumbre de "iluminados"... (notas de aldea)

jueves, 17 de agosto de 2017

La tierra se calienta y desequilibra del nebuloso de industrias... del enmarañado mercado global... y el desprecio humano... (Al verdor de auroras)

miércoles, 16 de agosto de 2017

Calle tras calle, población a población: una guitarra de sal con cuerdas de luna obrera. Una guitarra de sal con cuerdas de Víctor Jara. (del texto, Acordes de luna)

lunes, 14 de agosto de 2017

9 Y abrazo el vivificante verdor de tus mañanas, con el trinar de tus pájaros, las sombras de tus ramas y las mágicas lunas en tus madrigueras; ¡Biobío! ¡Biobío! diamante pewenche; y azules titilantes de trascendentales contiendas. No me canso de contemplar los ajuares de tus laderas ni la fulgurante blancura de tu cordillera. ¡Cuántas emociones encendidas por la vorágine de tus afluentes! y en ello me estremezco hasta tocar la mujer de mis sueños. ¡Sí, esencial Biobío! ella en el inefable paisaje de tu belleza ¡toda una llama de flor! ¡toda un poema de amor! Recibo feliz de tus manos el ancestral perfume de Liucura y Lepoy; y el encanto de Santa Bárbara y Santa Juana. Tiemblan las rocas de tus cascadas, resumiendo el cantar de sus aguas, tiemblan las rocas de tus cascadas, haciéndome sentir más con mi amada; y así vuelvo a bañarme con tus espumas y valles; y así enamorado en este concierto: vuelvo al éxtasis; y a ti mi amor, vuelvo a besarte. (del texto, Cantares por Chile)